17 de septiembre.

    Hoy he descansado, empiezo a las ocho de la mañana en agudos acompañando a la paciente que esta embarazada. Hoy a la doctora y a mí nos acompaña el hermano de la usuaria,parece ser que hoy se portará mejor. La doctora tiene que intentar programar ya el embarazocon cesarea para evitar riesgos con la paciente. nos han cambiado al doctor qque la va a atender, la doctora esta en quirófano en un parto. 

   La paciente intenta caminar por los pasillos abarrotados de gente, el hermano la tiene controlada y le obedece con bastante facilidad. El doctor después de esperar una media hora la atiende, la doctora sale satisfecha al tener ya programado el parto para el 10/10/2018. De momento cada lunes tendrá que seguir visitandose para ver como avanza el parto. El regreso esta vez también es en taxi debido a la proximidad del hospital con el psiquiatrico. Al regresara agudos colaboro con el licenciado de enfermeria con los pacientes. 

    El fin de semana de tres días ha dado para mucho en el centro, pacientes que se han ido, otros que han ingresado de nuevo, el centro está practicamente lleno. Viene de visita a la doctora el músico del charango (le dieron el alta el viernes), trae su charanga para animar a los chicos. Montamos un concierto matutino en el patio, la respuesta es la misma de otras veces, los pacientes rodean al charanguero y acompañan en sus canciones. Algunos chicos dejan de pintar sus mandalas o dibujos para charanguear. Los nuevos se unen al grupo, la música une a unos y otros.

    Visito al paciente con el pie enyesado, está aleegremente en la sala de la TV, el fin de semana también le ha ido bien con su arresto de habitación al dejarlo compartir con los demás, aunque limitado por su pie.  

    A punto de irme a comer, nos avisan de consultas externas que hay un nuevo ingreso yque debos atender el licenciado y yo debio a su resistencia a ingresarse, lo traen la familia por su estado de agitación presumiblemente bajo los efectos de las drogas. Conseguimos calmarlo y retenerlo en la habitación una vez suministrada una inyección intra muscular. 

   Llego tarde a mi comida, acalorado por la situación, pero satisfecho por prestar mis servicios una vez más en el psiquiatrico. Breve descanso y voy a ver que me depara la tarde.

    Antes de entrar en agudos, en la cancha de al lado, me reclaman para jugar a voleivol. Tenemos que entrenar para competir miercoles y/o jueves, forman los euqipos y yo sin haber jugado nunca a Voley ahí estoy más perdido que un niño en la multitud. Perdemos los tres partidos con el equipo de farmacos (adicciones), pero sirve de buen entreno.

   Entro en agudos y visito a los chicos, algunos juegan al Jenga, otros al UNO, me apunto a alguna partida para integrar a un paciente que lo noto bastante excluido. Los juegos unen también a la paciente más individual y rebelde al ver las risas de los que estamos jugando. Jugamos los dos con mis cartas, disfruta cargandose de cartas (más dos, más cuatro) y viendo como los demas hacen lo mismo. 

    Hora de la cena, reparto la comida en dos habitaciones que los pacientes no pueden salir y al usuario del pier escayolado. Mi jornada de apoyo acaba en este momento, algunos al cenar ya se retiran a las habitaciones. Hoy voy a pasear a la ciudad para despejarme un poco y ver el frenetico ritmo de vida de la ciudad.

    Mi frase de hoy es.
    Previamente nunca sé como puedo ayudar a los demás, pero cuando noto su felicidad, verlos felices es mi mayor recompensa.

Juego del jenga.


Pintando mandalas:

Pintando la libertad.

Compartiendo colores.

Mandala.

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